"Casa de la niñez Poblana"

En casa de la niñez Poblana mi equipo estaba conformado por María Fernanda Vara Ornelas, María Fernanda Esquivel Rodriguez y Simone Marqués Serdán, asistíamos todos los Sábados de 10 de la mañana a 12 o 1 de la tarde dependiendo de las actividades que fuéramos a crear y ejercer para los niños, nosotras trabajamos con niños de preescolar y creábamos actividades como redactar y leer cuentos, obras de teatro con un mensaje especial y claro, ya que, los niños que vivían ahí suelen ser muy agresivos con sus compañeros e incluso con ellos mismos. 

Nuestro proyecto ahí duro aproximadamente un mes y medio y después todas las del equipo decidimos que no iba a ser un proyecto viable debido a que el mismo Sábado que nosotras asistíamos también iban otras chicas de diferentes asociaciones, las cuales ya llevaban más tiempo y también llevaban diversas actividades para entretener a los niños, aparte de que iban con los mismos horarios que nuestro equipo, así que, no íbamos a poder cumplir con los requisitos que dichos proyectos pedían. 

Nuestro equipo no tiene como tal evidencia de haber trabajado ahí, pues la asociación siempre nos dijo que no podríamos grabar ni tomar fotos por la misma privacidad de los niños y aparte no duramos mucho ahí, pero mientras nuestra estancia hicimos cuentos, les enseñamos las vocales, vimos películas, les llevamos desayunos y les actuábamos obras de teatro. En lo personal es una experiencia muy padre y única, me sentí bien ayudando a personas que tal vez necesitan mas que yo, no materialmente pero si de cierta atención, fue muy bonito y a la vez triste porque hubo ocasiones en que los niños lloraban al momento de despedirnos, de igual manera al ellos aprender de ti, tu aprendes de ellos. Cada uno de ellos me inspiro a querer ser una mejor persona capaz de ayudar con lo poco que pueda dar, porque ellos con tan solo un poco de atención y nada material era mas que suficiente, me inspiran a querer ayudar mas niños como ellos y personas que sin duda necesitan mas que todos nosotros, aprendí de ellos que debo valorar lo que tengo y a siempre regalar una sonrisa desde el fondo del corazón.